Una decepción para el público. Una decepción para la banda.
No tocaron “Parklife” ni “Country House”. Una descompostura del bajista alex
James obligó a que el show terminara pronto. Las sillas que había en el estadio
no ayudaron a que el público estuviese más animado. El cantante Damon Albarn
usó eso como excusa para justificar que, en 1999, el debut de Blur en
Argentina, en el estadio Luna Park, no fuese el mejor.
A todo aquello lo leí en una Rolling Stone vieja. No estuve
ahí. Como muchos descubrí a Blur cuando ya estaban separados. No escuchar hits
sino realmente “descubrir”, escuchar todos los discos, preguntarme por qué no
lo hice antes. Una vez leí que elegir a tu beatle preferido definía qué clase
de personalidad tenías. Esa afirmación se podría extender a Blur. Cuatro
personalidades muy definidas y diferentes que sin embargo encuentran su punto
en común en la música. Cuando volvieron en 2009 pensar en ver ese show parecía
un sueño. Pero, ¿cómo sería la vida si ahora dejamos de soñar?
Este concierto sería un sueño cumplido. Huele a revancha
para fans y para Blur y elijo contarlo en primera persona, contradiciendo al
periodismo, porque no fue un recital más sino que excedió mis propios límites.
No quiero escribir en tercera persona como si no hubiese ido hasta Ezeiza el
jueves (aunque no llegué a tiempo), como si no hubiese esperado muerto de frío, con los pies
mojados por la lluvia, desde las cinco de la tarde hasta las seis de la mañana
afuera del Sheraton el viernes o hablado con los guardias de Buquebús el
domingo para intentar, en vano, hacerle llegar un regalo a ese guitarrista
tímido que es mi Blur favorito.
Gran augurio es que suene “Theme for Retro” como
presentación para el primer recital de Blur en Argentina en 14 años. Enseguida
podemos ver a Damon realizar sus clásicos gestos de saltar y tirar agua al
público durante “Girls & Boys”. Pero esta vez no es un video en youtube.
Esta vez es acá, en este viejo ex parque de diversiones devenido Ciudad del
Rock. “Popscene” fue la primera sorpresa. “There’s No Other Way”, con el bajo
hipnótico de Alex y “Beetlebum” (donde Damon se sube al bombo de la batería) se
adivinaban como infaltables pero “Out Of Time” de “Think Thank”, el disco sin
Graham, es la segunda sorpresa.
Durante “Trimm Trabb” y “Caramel” Blur la rompe. No sólo el
baterista Dave Rowntree que toca parado mientras Damon se sienta al piano sino
toda la banda que, además del cuarteto, incluye una sección de vientos,
coristas y teclado. Un “olé, olé, olé, olé, Graham, Graham” precede a que cante
su canción: “Coffe & TV” que suma como coda un pedacito de “Satellite Of
Love” como homenaje al recientemente fallecido Lou Reed .
Desde temprano, la gente ya había coreado el “Oh my baby”. Damon
hace subir a una afortunadísima chica del público que quería cumplir el sueño
de cantar con ellos. Comienza “Tender”. Subo a mi hermana a mi cuello para que
pueda ver tan hermoso momento. Ahí ya no aguanto tanta belleza y me largo a
llorar. Puedo sentir que mi hermana también llora. La bajo y nos abrazamos. Me
guardo algunas lagrimas porque llega “To The End”.
Enseguida, el momento conmovedor se transforma en pura
alegría porque comienza “Country House” con el coro más lindo del mundo: “Blow,
blow me out…”. Mientras Damon baja del escenario y se mezcla un poco con la
gente, miro a mi costado sonriendo y un desconocido me mira con una gran
sonrisa. Junto a otro más me abrazan. Cantamos y saltamos juntos como si nos
conociésemos desde siempre. La alegría muta en euforia cuando Phil Daniels
comienza sus “Oi, oi” que anuncian “Parklife”. “End of A Century” y “This is a
Low” marcan el primer final de uno de esos conciertos que te acompañan para
siempre.
Claro que vuelven para que Damon se siente al piano y toque esa joya que no
desentona en ese repertorio de clásicos atemporales, que está a la altura de
los mejores temas de Blur, la que dice que el paraíso no está perdido. El
“Aleluya” de “Under the Westway” nunca había sonado tan especial. “For
Tomorrow” precede a una de las más ansiadas: “The Universal” está acá para
todos. Y, para el final, otra vez un momento conmovedor es seguido de uno de
euforia en esta calesita de emociones: Damon tira agua mientras Dave toca la
inconfundible introducción de “Song 2”
con cuenta en castellano. Ahora sí termina la noche en la que donde lo que
realmente podría suceder, sucedió. Y nos deja colapsados en euforia. Colapsados
en alegría. Colapsados en amor.
(Fotos de Antonella Malachite)
Blur. Ciudad del Rock. Sábado 2 de noviembre de 2013.