lunes, 8 de abril de 2013

Regina Spektor en Argentina: Una vez más con sentimiento


Narices heladas. Dedos helados. La ciudad helada empieza a brillar cuando a las 22:25 ella saluda con un tímido “Buenas noches” en castellano. Ahí nomás canta Ain’t No Cover. Sin otro acompañamiento que los golpecitos que ella misma le da al micrófono. De pie. Un poco encorvada en una postura que muestra fragilidad y dulzura. Entonces, sí, Regina se sienta al piano y toca el tema que abrió su debut en Argentina en 2010: The Calculation, junto a una banda compuesta sólo por teclado, cello y batería.

No hace falta parafernalias en el primer show de Regina Spektor en un estadio argentino al aire libre . Tampoco escenografías lujosas. Regina toca con los ojos cerrados la canción que puede servir como ejemplo de su obra: On The Radio. Allí tiene un detalle gracioso, el de contar que un dj se queda dormido y pasa November Rain dos veces seguidas. Pero también emociona hasta el fondo con su descripción de los ciclos de la vida (“Lo intentás hasta que no podés más”). On The Radio tiene entonces todos los ingredientes del cóctel Spektor: Humor, ternura y mucha emoción mientras hacemos palmas.
Hay humor cuando Regina imita a un gángster italiano en Oh Marcello. Hay risas cuando antes de interpretar, sola con su piano, en ruso, The Prayer of François Villon, Regina sugiere que “googleen” la traducción. ¡Y te emociona aunque no tengas idea de lo que está diciendo! Hay ternura cuando susurra aniñada “te amo, te amo” en castellano como respuesta a los gritos del público. Hay amor cuando canta Call Them Brothers a dúo con su marido/telonero Jack Dishel. ¿O no es amor que dos almas se unan en una misma obra de arte que crearon juntos?
Sin menospreciar a los excelentes músicos que la secundan, Regina Spektor se la banca sola. Con su voz hace baterías (en el infaltable Better) y también disparos (en la nueva All The Rowboats). En la última canción, The Party, imita un solo de trompeta. Cuando abandona el escenario, el público se para por primera vez en la noche para pedir los bises. Vuelve, claro, esta vez con un saquito arriba de su vestido para combatir el frío, que le parece más “divertido” que el calor, según cuenta en tono de confesión. Casi como una amiga. Y si sos un amigo de cualquier tipo, entonces, agarrate un resfrío en GEBA. Vale la pena.
Una ovación recibe al conmovedor Us, que da paso a Fidelity y a Hotel Song, durante la cual Regina se para, toma el cable del micrófono y parece una niña que va a saltar la soga. ¿Ya había dicho que tenía ternura? ¿Y qué tenía humor? Regina se equivoca durante el tema, se ríe y vuelve a empezar. Se sienta al piano para el final con la preciosa Samson mientras varias parejas se besan porque Regina es amor. ¿Y cómo olvidar ese amor? No hay ningún momento para borrar. Los recuerdos permanecerán. Para ver su cara. Para escuchar su voz. Regina es nuestra invitada. Siempre.


(Fotos de David Fernández editadas por Julieta Fernández. ¡Gracias!)


Regina Spektor. Estadio GEBA. Sábado 6 de abril de 2013.

2 comentarios:

  1. Buena reseña, se nota que está escrita por un fan y para fans. (Las reseñas que he leído por periodistas que no la siguen estaban plagadas de errores o invenciones!)
    El único detalle es que ella no se equivocó en Hotel Song (por más que suele equivocarse y es lo mejor del mundo!): el tecladista seguía tocando cualquier cosa y ella tuvo que parar para decirle por dónde iba la canción que ya se había desbarrancado porque el pibe no encontraba la nota que era.

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  2. simplemente hermoso.....gracias por compartir todo lpo que lo pude ir a ver........me diste una idea de lo hermoso que puede ser estar en un recital de ella.....y en la parte de las parejas besandose me hciste acordar a mi novio esa misma noche cuando estabamos en un cumple de quince y me agarro fiebre y el me abrazo y me beso y me dio muchos cariños.......:¨)

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