martes, 5 de noviembre de 2013

Blur en Argentina: Colapsados en amor (a.k.a Un mate para Graham Coxon)

Una decepción para el público. Una decepción para la banda. No tocaron “Parklife” ni “Country House”. Una descompostura del bajista alex James obligó a que el show terminara pronto. Las sillas que había en el estadio no ayudaron a que el público estuviese más animado. El cantante Damon Albarn usó eso como excusa para justificar que, en 1999, el debut de Blur en Argentina, en el estadio Luna Park, no fuese el mejor. 
A todo aquello lo leí en una Rolling Stone vieja. No estuve ahí. Como muchos descubrí a Blur cuando ya estaban separados. No escuchar hits sino realmente “descubrir”, escuchar todos los discos, preguntarme por qué no lo hice antes. Una vez leí que elegir a tu beatle preferido definía qué clase de personalidad tenías. Esa afirmación se podría extender a Blur. Cuatro personalidades muy definidas y diferentes que sin embargo encuentran su punto en común en la música. Cuando volvieron en 2009 pensar en ver ese show parecía un sueño. Pero, ¿cómo sería la vida si ahora dejamos de soñar? 
Este concierto sería un sueño cumplido. Huele a revancha para fans y para Blur y elijo contarlo en primera persona, contradiciendo al periodismo, porque no fue un recital más sino que excedió mis propios límites. No quiero escribir en tercera persona como si no hubiese ido hasta Ezeiza el jueves (aunque no llegué a tiempo), como si no hubiese esperado muerto de frío, con los pies mojados por la lluvia, desde las cinco de la tarde hasta las seis de la mañana afuera del Sheraton el viernes o hablado con los guardias de Buquebús el domingo para intentar, en vano, hacerle llegar un regalo a ese guitarrista tímido que es mi Blur favorito.
Gran augurio es que suene “Theme for Retro” como presentación para el primer recital de Blur en Argentina en 14 años. Enseguida podemos ver a Damon realizar sus clásicos gestos de saltar y tirar agua al público durante “Girls & Boys”. Pero esta vez no es un video en youtube. Esta vez es acá, en este viejo ex parque de diversiones devenido Ciudad del Rock. “Popscene” fue la primera sorpresa. “There’s No Other Way”, con el bajo hipnótico de Alex y “Beetlebum” (donde Damon se sube al bombo de la batería) se adivinaban como infaltables pero “Out Of Time” de “Think Thank”, el disco sin Graham, es la segunda sorpresa.
Durante “Trimm Trabb” y “Caramel” Blur la rompe. No sólo el baterista Dave Rowntree que toca parado mientras Damon se sienta al piano sino toda la banda que, además del cuarteto, incluye una sección de vientos, coristas y teclado. Un “olé, olé, olé, olé, Graham, Graham” precede a que cante su canción: “Coffe & TV” que suma como coda un pedacito de “Satellite Of Love” como homenaje al recientemente fallecido Lou Reed .
Desde temprano, la gente ya había coreado el “Oh my baby”. Damon hace subir a una afortunadísima chica del público que quería cumplir el sueño de cantar con ellos. Comienza “Tender”. Subo a mi hermana a mi cuello para que pueda ver tan hermoso momento. Ahí ya no aguanto tanta belleza y me largo a llorar. Puedo sentir que mi hermana también llora. La bajo y nos abrazamos. Me guardo algunas lagrimas porque llega “To The End”.   
Enseguida, el momento conmovedor se transforma en pura alegría porque comienza “Country House” con el coro más lindo del mundo: “Blow, blow me out…”. Mientras Damon baja del escenario y se mezcla un poco con la gente, miro a mi costado sonriendo y un desconocido me mira con una gran sonrisa. Junto a otro más me abrazan. Cantamos y saltamos juntos como si nos conociésemos desde siempre. La alegría muta en euforia cuando Phil Daniels comienza sus “Oi, oi” que anuncian “Parklife”. “End of A Century” y “This is a Low” marcan el primer final de uno de esos conciertos que te acompañan para siempre.

Claro que vuelven para que Damon se siente al  piano y toque esa joya que no desentona en ese repertorio de clásicos atemporales, que está a la altura de los mejores temas de Blur, la que dice que el paraíso no está perdido. El “Aleluya” de “Under the Westway” nunca había sonado tan especial. “For Tomorrow” precede a una de las más ansiadas: “The Universal” está acá para todos. Y, para el final, otra vez un momento conmovedor es seguido de uno de euforia en esta calesita de emociones: Damon tira agua mientras Dave toca la inconfundible introducción de “Song 2” con cuenta en castellano. Ahora sí termina la noche en la que donde lo que realmente podría suceder, sucedió. Y nos deja colapsados en euforia. Colapsados en alegría. Colapsados en amor.




Blur. Ciudad del Rock. Sábado 2 de noviembre de 2013.

2 comentarios:

  1. La concha de tu madre. Tus crónicas siempre me dejan sintiendo que me perdí un momento único, el que podría haber sido el mejor recital de mi vida. Me emocionó.

    ResponderEliminar
  2. Buenísima crónica. Excelente descripción de ese recital inolvidablemente PERFECTO. Creo que TODOS los que fuimos quedamos super eufóricos pidiendo que vuelvan.

    ResponderEliminar