martes, 4 de enero de 2011

Lost: Año Nuevo, Vida Vieja


No sé por qué mi necesidad de hacer balances de todo en cada año que termina. ¿Toda la gente lo hace o sólo yo? La necesidad de elegir las películas, los discos, pero sobretodo las cosas personales que quedan en la memoria del 2010, el peor año de mi vida, que se puede resumir en una palabra: Lost. Fue el año de la perdida de esa gran serie y de perder muchas cosas (vínculos familiares, Elizabeths Bennets (ojalá hubiese más de una…), esperanzas, shows de Paul…). Fue el año en que fui tras la verdad. “La verdad siempre es mejor que la incertidumbre” o algo así decía un personaje de una de las obras más impactantes que vi (¡Y que vuelve!). Pero a veces la verdad te deja con más incertidumbre que antes o las respuestas son pocas y no contestan a todos los interrogantes. Si el 2010 fuese una historia, sería como Lost también. Arranca con todo, prometiendo resolver todo en la última temporada pero después todo es una mierda porque hay un montón de perdidas y sobre el final, parece que todo va a remontar, que el 2010 fue una cadorcha pero va a terminar con un final súper feliz y resolverás interrogantes. Pero no. No hay finales felices y casi que termina con el mismo plano del protagonista tirado abriendo los ojos…Termina casi como empezó y “no está mal que terminen las Historias, mientras haya Historias que contar”. Pero hubo unos pocos capítulos felices en esta temporada tan trucha:
- Dolores O’Riordan, Leonor Watling y Regina Spektor: Todos mis amores platónicos vinieron en persona a rescatarme del (des) amor real. ¡El amor no existe! Pero también vino Norah y yo no le di bola porque ya sabía lo que me iba a decir (?). También me ayudaron los segundos discos de Tan Biónica, She & Him, Onda Vaga (Kónex allá vamos), Vampire Weekend y MGMT. Además de The Suburbs, High Violet, Familial y Creo que te amo. Y no me voy a olvidar de Julieta y Gaby.
- Esa hermosa tarde en un cementerio en la que supimos que todo fue tan real.
- Mi viaje (literal y místico a la vez) con lluvia de pasto incluida.

“Todos debemos un día mirar para adentro. Llevo más de dos intentos y no me puedo curar…No me puedo curar”.

Adrián, el que se despide de todo, todo lo que le hizo M.A.L. porque no quiere caer y no quería caer, quiere seguir arriba… ¡Para bailar!

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